jueves, abril 14, 2005

carta

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Querida Tantriste:
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En la casa de enfrente discuten por un automóvil mal estacionado. Recuerdo la canción que mi madre cantaba cuando hacía la cama; recuerdo que era niño. Escribo un campo de centeno para ti.
Iván me regaló un libro de Ossip Mandelstam, Cruz me regaló Tachas y otros cuentos de Efrén Hernández, no es día de mi cumpleaños. Alejandra me regaló un tren, pero hace años, aún lo guardo, desarmado –para evitar las lluvias—en un parte del librero; lejos, por cierto, de los poetas argentinos.
En la facultad de filosofía nos enteramos que Fabio Morábito hablaría acerca de su narrativa en una clase. Fuimos. Al final le dije que estaba haciendo mi tesis acerca de su trabajo narrativo, creo que se sorprendió. Me gusta el trabajo de Fabio, encuentro una soledad extrema en sus personajes infantiles; percibo su miedo, su tristeza. Los niños, en algunos de sus trabajos, caminan hacia la muerte, él los guía. Algunos de ellos son crueles, inventan situaciones drásticas para deshacerse de una compañía desagradable, por ejemplo.
A veces dudo de los semáforos, pienso que pueden cambiar cuando yo voy a la mitad del camino; siempre dudo de los carteros, nunca pasan por esta calle. Nunca tuve una bicicleta, tampoco conozco un circo.
Invento pretextos para no comprar una lámpara que me ofrece un señor todos los viernes. Toca la puerta con un ritmo particular; sabe que no necesito una lámpara pero insiste. Invento pretextos para no escribirte una carta, pero siempre inicio una canción para que duermas. Mañana quizá se la compre, creo que hace falta luz en mis palabras, creo que la oscuridad construye su dominio en lo que digo. No es mi cumpleaños, tampoco el tuyo, pero te compre un libro también.
Siempre pienso en comida a estas horas, es media noche y no puedo salir a comprar algo para aliviar mi hambre. Hay croquetas de la perra en la mesita de centro. O podríamos salir, armados con la oscuridad, a asaltar las despensas de los vecinos, podríamos robar la comida que guardan para épocas terribles; es buena idea. manos a la obra.
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