viernes, abril 01, 2005

textual, ii

Yo, como El huidor, carezco de argumentos para seguir adelante. Me vuelvo gris conforme crece la tormenta. La gente que me veía escapar, ahora que me ven tirado en medio de la calle, dudan si seré yo u otro que, como yo, carece de brújula y de sueños. La gente que me conoció huyendo me confunde con la lluvia; ahora que estoy triste, mi forma de escapar es otra, más amable, que la muerte.
Hoy viernes
no quiero escapar, prefiero quedarme aquí tirado (que no tirando, porque sería mejor), bajo la lluvia.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Quizá algún día, sean estos ojos que te miran las manos que te acaricien"
Tu escrito me llevó a esa conclusión.

6:07 p.m.  

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