(dos)
MI COMPAÑERO DE cuarto me enseña un dibujo de ventanas, me dice que se lo dará a su hermana cuando venga a visitarlo. Envidio su paciencia, recordar a alguien le dice que está vivo; en cambio a mí, no me sirve este mensaje para hablar mis cicatrices, para decirte que tu ventana no se ve desde la mía; que tu ausencia me duele como un niño que hubiera encontrado en los escombros a su padre.
Lee esta carta despacio, mírala como si encontraras en ella una manzana.
Mi compañero sigue hablando del desacanso que ofrece su dibujo; miro hacia el patio, te escribo:
Pronuncia mi cuerpo, duerme como los panes y cantemos, si quieres, porque los niños pintan tu nombre en la pared de enfrente.
© Édgar Mena, 2004
1 Comments:
Pronuncia mi cuerpo, duerme como los panes y cantemos, si quieres, porque los niños pintan tu nombre en la pared de enfrente.
Eso me ha gustado mas aun... Sabe a chocolate el mismo que hacia la Senora del molino, ese que apenas tomas y sabes que aunque no todo sucede justo como esperas, se huele un final contento.
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