sábado, octubre 15, 2005

sábado

Sucede que los sábados, a diferencia de los lunes, en las estaciones de radio sugieren canciones que hablan del silencio. También en los parques los niños prefieren hacer actividades más calladas, como jugar dominó o intercambiar estampas. Yo también prefiero cerrar las ventanas y quedarme con el silencio de mi casa, con mis libros, con el silencio que puede sugerir un vaso de agua sobre la mesa donde escribo. Los encargados de las carnicerías cortan con cuidado, temen hacer algún ruido extraño. Y no hay vendedores anunciando sus productos por las calles, prefieren quedarse en casa, saben que los sábados no se hace ruido, saben que los sábados no se afilan cuchillos, no se pintan bardas, no se destapan cañerías. Y es que hoy es sábado y enmudecen las campanas de las iglesias; tampoco los pájaros hacen ruido, eligen alguna rama y se quedan en silencio hasta que dan las cuatro de la tarde en punto, porque a esa hora tienen que buscar alimento en los parques, en los jardines.
Los sábados, también, los perros prefieren observar, nada de ladridos, nada de rasguños en las azoteas, mucho menos en las puertas. Los perros esperan en silencio a que sus dueños regresen del trabajo y los reciben muy callados, cualquiera diría que con cierta apatía; lo cierto es que tampoco quieren hacer ruido. Los sábados, como hoy, me detengo a observar por mi ventana, veo a la gente que habla por teléfono unos pocos segundos, veo a los ciclistas que buscan un lugar habitable, piensan varias opciones mientras los semáforos están en rojo; después eligen una calle, la menos congestionada, y se dirigen hacia el lugar que, en el fondo, todos deseamos habitar. Hasta siempre.

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1 Comments:

Blogger Margarida V said...

como son buenos los sabados, para estar todo el dia acostado viendo tele. :)

4:17 p.m.  

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