lunes, abril 03, 2006

carta


11:29 Me he aprendido de memoria las palabras dictadas por tu silencio. A veces sólo recuerdo a una mujer que compraba un paraguas en una canción de otro tiempo; a veces sólo crece algo de niebla en la casa del abuelo, en la guitarra con que él esperaba la muerte. A veces los anuncios televisivos dictan las palabras necesarias para enfermar; aunque, las más de las veces, nos sugieren los pasos que debemos dar antes de ir dormir; o la cantidad exacta de latidos para que nuestro corazón pueda conservarse saludable. Aunque, qué es de la salud de tus pestañas.

12:10 Construyo un móvil para cuando haga viento. Entonces los niños podrán acercarse a mirarlo, y uno que otro sentirá envidia; regresará a su casa para pedir a su padre que le consiga uno parecido.

13:13 Despierta con los gatos que no soportan el olor de la manzanilla; despierta con los enfermos que no podrán tener un perro; despierta junto a mi cuerpo en los vagones donde los migrantes viajan hacinados hacia el norte.

14:02 Me he aprendido de memoria las palabras que dictas mientras duermes. Alguien en la calle despierta a pedradas a sus amigos para ir a bailar. Yo investigo algo acerca de tu nombre en las enciclopedias; yo despierto a media noche para buscar una canción que cuente algo de tu cuerpo.

15:59 Los vecinos asustan a los vagabundos diciéndoles que los bañarán si se acercan a sus puertas, pienso en el día que cumplirán sus promesas. Quizá algún domingo me deje confundir, pues quiero terminar secándome junto a ellos en el parque. Buscaremos una piedra para arrojársela a los cristales de las joyerías, como una manera de vengarnos.

17:10 Dicen que tu sexo tiene el sabor de los naufragios.

18:11 Iremos a los países donde los perros que hemos tenido nos esperan. Iremos, sin que se enteren nuestros padres, a escondernos a la vieja estación de trenes.

19:42 En la mañana vendí mi radio; supongo porque es hora de callarme, de cerrar los ojos y darme cuenta de que mi padre duerme en otro lugar, lejos de las canciones que le recuerdan aspectos de su infancia.

19:44 Cuando yo tenía quince años, mi padre viajó a otro país para regalarme un mundo más amable. Desde entonces sube a los edificios más altos para lavar los cristales. A veces —me cuenta por teléfono— debe tomar el desayuno en las alturas; sin embargo, hay ocasiones en que puede comer cereal mientras el noticiario anuncia una granizada. En días como hoy, cuando las vacas duermen junto a la tranca, pienso en las palabras con las que a él le gustaría escribir una carta.

(Nota) 19:44 es para Jimena Ballí.
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é
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2 Comments:

Blogger Margarida V said...

que palabras, me encantaron. :)

4:33 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

I say briefly: Best! Useful information. Good job guys.
»

3:40 a.m.  

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