de orquídeas

La brassavola nodosa ha florecido dos veces esta semana y eso hay que celebrarlo. En la calle alguien vende burros para planchar y yo, que no tengo un mango para vender, me convierto en un dedo que apunta hacia el silencio. Habito en las habitaciones donde mujeres cantan algo que entristece. Y no hay eternidad en mis palabras, más bien, algo de polvo y promesas sobregiradas. Santa Lucía vuelve a cumplir quince años en mi carta.
Adjunto foto de Oncidium tigrinum que conserva su floración a pesar de que mi cuarto sólo guarda polvo y una manada de elefantes caminando hacia la ausencia.
La niebla, sí, la niebla y dos monedas para ocultarse de los soldados que nos persiguen para torturarnos, para violar a nuestras mujeres a cambio de información. Recapitulemos: siempre es esperar la madrugada entre los árboles, está prohibido encender el fuego para calentarlos; recapitulemos: está prohibido pronunciar nuestros nombres. Ahora, cierto, pronuncio todos mis naufragios.
Pero si he de ser sincero: las orquídeas conservan algo de tu nombre; guardan un poco de tus labios en mi espalda. La brassavola nododa ha florecido dos veces esta semana y eso hay que celebrarlo. Hasta siempre.
.
é
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2 Comments:
Hola Edgar!
Me podrias mandar a mi cuenta la foto de la orquidea que muestras al final de tu texto.
Yo se algo de flores y esa orquidea no la habia visto, te contaré que en Nov que fui a Puebla me regalaron una muy extraña pero por el calor que hace se marchito.
Un gran gusto haberte saludado Edgar.
ya no pasaba por aqui desde que me quede sin ordenador, por eso un hola lleno de sol desde portugal. :)
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