carta
Lo mejor hubiera sido construir otro muro, eso de hacer hoyos no se me da, prefiero hacer ventanas. Lo mejor habría sido construir otra casa con el hoyo colocado exactamente donde lo deseaba. La cosa es sencilla, arquitecta, hay que construir las casas con los clavos donde uno los necesita, con las manchas que uno prefiere, con las grietas que uno es capaz de soportar.
Por otro lado, en la cancha instalaban un circo, yo pensaba en Querétaro, en las inundaciones que arrastraban autos, basura, jaulas con canarios. También pensaba en Gabriela Aguirre mirando desde la ventana, con la esperanza de que un gran barco atracara en la colonia.
Y qué más, no ha sucedido nada grave, salvo que no sé hacer hoyos en la pared, como le dije anteriormente, preferiría una casa con los hoyos necesarios. Porque, si me encomiendan hacer un hoyo, soy capaz de tirar el muro o llenarlo de hoyos hasta convertirlo en coladera. Lo anterior sería bueno para la ventilación, arquitecta, aunque usted no lo crea. En lugar de concreto cincelado, mi estilo sería, concreto agujereado. Pero no se ría porque estoy hablando de cosas serias.
Y qué más, no ha sucedido nada grave, salvo que no sé hacer hoyos en la pared, como le dije anteriormente, preferiría una casa con los hoyos necesarios. Porque, si me encomiendan hacer un hoyo, soy capaz de tirar el muro o llenarlo de hoyos hasta convertirlo en coladera. Lo anterior sería bueno para la ventilación, arquitecta, aunque usted no lo crea. En lugar de concreto cincelado, mi estilo sería, concreto agujereado. Pero no se ría porque estoy hablando de cosas serias.
Qué más, pues no sé, usted me pidió que le contara algo de mi vida y heme aquí diciéndole nada; no he comido, usted tiene suerte de vivir en Guadalajara, puede elegir algo delicioso sin mayor problema; yo, en cambio, tengo que imaginarlo desde este puesto de vigía. Se me antoja, eso es cierto, que sea invierno, se me antoja estar en Bogotá, tomar las manos de Liliana y escribir una canción de cuna en su espalda.
En la tarde se instaló un circo en la cancha, llovía. Ayer leí poemas en un pequeño lugar, me invitaron a participar; leí un texto nuevo, creo que ya le había contado acerca de él, se llama Adagio grazioso, creo que le gustó a una señora porque me invitó un café y se puso a contarme cosas de su infancia. Yo escuchaba atentamente y planeaba esta carta. En un momento de la charla la señora me preguntó el porqué de mi silencio, le dije que estaba preocupado porque tenía que hacer un hoyo, seguramente no me creyó, seguramente para todos los demás es fácil hacer un hoyo. Pero, usted lo sabe, para mí no.
Por eso, si alguna vez imagina una casa para mí, arquitecta, asegúrese que tenga los hoyos necesarios porque no quiero improvisar alguno nuevo. Hasta siempre.
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1 Comments:
Hola Edgar. Te invito a recorrer las páginas de poesía que configuran mi blog-revista en la que eres bienvenido desde ya.
Espero la disfrutes.
Saludos,
Angel
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