lunes, febrero 28, 2005

Pendeja carta en que menciono que estoy triste y otras ondas


Querida Tantriste:

No sé si estás dormida, si lloras porque en los parques no hay columpios; no sé si estás desnuda o la mañana cubre tu cuerpo con su alivio. No sé si cruzas con miedo los puentes peatonales, si sueñas escaleras. No sé si arrancas a los enfermos de la muerte, besándoles la frente o regalándoles hormigas.
No sé si escapas de los malos en una película de gángsters, si lloras porque llorar es lo único que nos queda para aliviar el miedo.
Los documentales del National Geographic hablan del sueño, dos personas discuten algo que no comprendo y me pregunto si es normal extrañarte tanto. Me pregunto si es normal que toques el piano en mis sueños, no comprendo las palabras que utilizan porque ordeno mis libros por autor. Ordeno a los espantapájaros que viven en el librero que te llamen, que te escriban, que te dibujen en las lámparas, en los sillones donde duerme tu silencio; en las ventanas que se asoman hacia del frío; en la tristeza de esta carta que te habla de mi cuerpo; o de la tristeza que es mi cuerpo si no estás aquí para abrazarme..
Hace unos días leí en una revista que el cerebro humano guarda imágenes de tres a siete segundos. La poesía, mencionaban, es una consecuencia de ello. Los versos tienen que ser cortos para que puedan dibujarse en la imaginación de quien escucha. Qué mal, porque a partir de esta premisa estoy jodido, he construido esta carta con puras frases largas. Bien, hagamos un ejercicio de diez cosas que me gustan, todo a partir de las consideraciones de los sabios:

1.- El sabor de tu sexo cuando llueve

2.- Las hormigas
que buscan alimento en mis palabras

3.- Las ventanas abiertas

4.- La o por redonda y por despierta

5.- La caricia de tu cuerpo
cuando despierta con el mío

6.- Las panaderías que te extrañan los domingos

7.- La risa de los niños que duermen
soñando otros planetas

8.- Las abejas

9.- El agua que imagino
recorre tu cuerpo
en mis palabras

10.- La música del grupo Mono blanco cuando escribo

No sé si despiertas, si escribes cartas a los amigos que han emigrado a otros países; si encuentras nueces en los cajones de tu escritorio. No sé si oyes "El réquiem" de Mozart y dibujas en el aire una ciudad sin aeropuertos.
No sé qué palabras usas para comprar el diario, no sé si hablas en otro idioma para pedir que te abracen en fechas importantes. No sé nada, no sé ni si quiera si estarás leyendo estas palabras, o si borraste el mensaje antes de que mi silencio pudiera contagiarte con sus gritos. Hasta siempre.

Carta para imaginar un circo

Con la costilla de un guapo,
con la costilla de un guapo,
y la sangre de un valiente,
por esa calle derecha
van a construir un puente.


Son jarocho


Escribir con los ojos cerrados una carta; así, sin ti, por ejemplo. Pasan los trenes, estoy en La vieja estación, en Querétaro; me preguntan si traigo suéter y yo recuerdo que me gustaría escribir tu nombre. Que me gustaría oírlo hasta que amaneciera. Quiero escribir en tus manos hasta que algo nos encuentre llorando en los mercados.
Oigo tu risa con los niños.
He comido ríos y ventanas, en las escaleras he dejado tus cartas para que los gatos duerman. Oigo tu voz en las grabaciones de otra época, me siento a esperarte junto a los sacerdotes que apagan las luces en las habitaciones vacías.
En el cálculo que me hace gritar por más canciones en la radio, pedir a gritos una copa o un árbol con buena sombra; pedir llorando una rosa a los ahogados; llorar con los boleros en las playas, con los perros que alguien ha corrido a patadas de las carnicerías.
Te digo, eres más alta que los árboles que tapan las ventanas en la casa de la infancia, eres más alta que los trenes; más alta que la música que nace dentro de las nueces; más alta, incluso, que la madre de los niños que lloran en el parque. Eres más alta que los columpios, que la canela y los cuadernos donde la fruta esconde su tesoro.
Es triste pensar en la infancia, en tu piel que ya no está conmigo. Te leo en las cartas que mis alumnos regalan a sus novias. Te leo en las lámparas y en las puertas que alguien cierra porque no estás aquí.
Quiero escribir en las paredes hasta que los vecinos salgan a gritar llorando tu nombre, llorando como un madrugador, como un mendigo o una música de campanario; llorando, en fin, como una hoja abandonada en el camino. Llorando absurdamente como un loro, como un libro que ha despertado en la basura. Absurdo como un camión de bomberos incendiándose.
Oigo tu risa con los trenes.
Mira los ríos que se pudren en la sombra. Mira a las madres que buscan el mejor lugar para sus hijos en el cine. Quiero que tus manos hablen con el barro. Quita tus zapatos y pesca junto a mí sin redes, sin camas para multiplicar abrazos como panes.
Quisiera contarte que me lastimé un dedo, que no he llamado a mi casa, que he recibido mensajes tuyos cuando estoy cantando en voz baja; pero nada de esto es cierto, no me escribes mensajes y yo --lejos de pensar en mapas-- pienso en el agua en que se abrevan los rebaños.

domingo, febrero 27, 2005

Ya me voy para Guasave a ver a las guasaveñas


Querida (H) tan triste:

Me distraigo en las canciones en que puedo dibujar sin que alguien llegue para correrme. Hago pequeñas cortadas en mi cuerpo con una navaja de rasurar y te escribo. Los niños del barrio no han venido a invitarme a jugar fútbol, creo que han encontrado otro portero mejor que yo, creo que no volveré a impedir los goles en una portería delimitada por suéteres hechos bola. Que escribo cartas para ti en los cuadernos que hablan de las frutas, me enfermo en las esquinas cuando espero el autobús. Pregunto a los enfermos si has llorado, si escriben, como yo, luciérnagas en un cuaderno; entrego arena a los cartógrafos, pido libertad a los médicos que me han amarrado los brazos a la cama, pienso en las rutas para escapar de mi tristeza. Alguien vino a curar las pequeñas heridas que me causé con la navaja, aunque no me duele, duele más el ruido de los automóviles que pasan en la calle. Alguien habla de telenovelas en el cuarto de al lado; y en contra de mi voluntad, se han llevado, también, mis cuadernos, se han llevado mis libros. Que no puedo dormir si no me escuchas, que he llorado para que me dejen escribir este mensaje, que repito la historia de tu ausencia con todas las palabras posibles, que estoy enfermo, que estoy triste; que te entrego esta mañana porque no me sirve, porque me gustaría morir en lugar de padecer tu indiferencia. Hasta siempre.

viernes, febrero 25, 2005

Leonard Cohen canta "Suzanne"

Suzanne takes you down to her place near the river
You can hear the boats go by
You can spend the night beside her
And you know that she's half crazy
But that's why you want to be there
And she feeds you tea and oranges
That come all the way from China
And just when you mean to tell her
That you have no love to give her
Then she gets you on her wavelength
And she lets the river answer
That you've always been her lover
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you've touched her perfect body with your mind.
And Jesus was a sailor
When he walked upon the water
And he spent a long time watching
From his lonely wooden tower
And when he knew for certain
Only drowning men could see him
He said "All men will be sailors then
Until the sea shall free them"
But he himself was broken
Long before the sky would open
Forsaken, almost human
He sank beneath your wisdom like a stone
And you want to travel with him
And you want to travel blind
And you think maybe you'll trust him
For he's touched your perfect body with his mind.
Now Suzanne takes your hand
And she leads you to the river
She is wearing rags and feathers
From Salvation Army counters
And the sun pours down like honey
On our lady of the harbour
And she shows you where to look
Among the garbage and the flowers
There are heroes in the seaweed
There are children in the morning
They are leaning out for love
And they will lean that way forever
While Suzanne holds the mirror
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that you can trust her
For she's touched your perfect body with her mind.

Leonard Cohen: Beautiful Losers Posted by Hello

Leonard Cohen. Vancouver, B. C., Canada. Friday 20 October 1978.
© David Boswell. All rights reserved. Posted by Hello

Carta Jimena 2.0

¿Por qué no guardas hojas de plátano en tus bolsillos? ¿Por qué no evitas las escaleras de caracol?, y por qué cuando te escribo, te hablo de puentes peatonales. Podría, por lo menos y para felicidad de otras palabras, hablar de semáforos en verde. Desconozco la ruta que ofrecen otras migraciones, me gusta, eso sí, la felicidad del regreso: hablo de salmones. Me atrae la posibilidad de volver al lugar de nuestra infancia, me gustaría pensar que remontamos la corriente para morir; que somos testigos de la infancia y de la muerte. Por qué te hablo de salmones si a ti te gustan las bacterias, ¿será que son las dos de la madrugada y guardo oscuridad en los relojes? Queda algo de humedad de otras tormentas en los cuadernos de la infancia. Veo a mis amigos que atrapan mariposas, los veo alejarse felices en un largo camino de rieles; me hace feliz que sonrían porque atraparon una trucha con un sombrero. Y yo, Jimena, juego a comprar chimbos en la panadería de la esquina, hago el camino de mi antojo para encontrar el olor de los panes. Si me preguntas por los circos, te diré que a veces escribo puentes, te diré que a veces hablo de rutas para evitar tu ausencia. Guardo tus palabras en los columpios de una plaza de juegos. Me enfermo con los pájaros que duermen con el frío. Olvida mi nombre en las estaciones vacías, olvida esta carta en los juegos que recuerdas de tu infancia. Los niños se esconden, en sus juegos, de la lluvia, se esconden de la vida; corren hacia ti para que no los encuentre la noche; y su madre les grita en esta carta. Encuentro un lenguaje de árboles en el último tren. Unas niñas juegan a ser estatuas, como en un cuento de Cortázar, junto a los rieles; nos despedimos ellas, arrojando nueces para celebrar su actuación. Hasta siempre.

édgar mena

martes, febrero 22, 2005

"Guárdame en ti", poema de Raúl Zurita



Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo que de algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera
descienden.

Raúl Zurita Posted by Hello

Poema de Raúl Zurita


Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla la gente se decía "Vámonos por otro lado"
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetara
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiera en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
"Ponte de espalda" y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni de azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren

Henri Cartier-Bresson
Rue Mouffetard, Paris, 1954
Image Size: 11 x 14 / 16 x 20 in
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lunes, febrero 21, 2005


John Cohen
Bob Dylan, smoking with eyes closed, 1962
Size: 8 x 10.
Gelatin Silver Print Posted by Hello

Eleonor/ Mustang Shelby, 1967 Posted by Hello

HENRI CARTIER - BRESSON, (Srinagar), Kashmir 1948
Gelatin Silver Print, cm 30 x 40 Posted by Hello

domingo, febrero 20, 2005

Poema de Jorge Teillier

CUANDO TODOS SE VAYAN

A Eduardo Molina.

Cuando todos se vayan a otros planetas

yo quedaré en la ciudad abandonada
bebiendo un último vaso de cerveza,
y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
como el borracho a la taberna
y el niño a cabalgar
en el balancín roto.
Y en el pueblo no tendré nada que hacer,
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados
o sentarme en el roído mostrador de un almacén
para hablar con antiguos compañeros de escuela.

Como una araña que recorre
los mismos hilos de su red
caminaré sin prisa por las calle
sinvadidas de malezas
mirando los palomares
que se vienen abajo,
hasta llegar a mi casa
donde me encerraré a escuchar
discos de un cantante de 1930
sin cuidarme jamás de mirar
los caminos infinitos
trazados por los cohetes en el espacio.

De El árbol de la memoria, 1961.

martes, febrero 15, 2005

de "Primera lección de guardafaros"

EN LA INFANCIA de algún lugar guardas el mapa de los barcos que nacen sin país.

Una semilla crece en la edad de tu cabello, así como la mañana en un jardín de pájaros.

Eres el reloj que marca la hora de una ciudad lejana, la fuente en que se alivian rebaños dormidos por mil años.

Cuando duermes madura un alfabeto de relámpagos, y tu sueño dibuja la guitarra con que cantan los ahogados.

de "Cántaro"

Mi madre quemaba palmas y enterraba un cuchillo en el jardín para que dejara de llover, oraba por los muelles devastados; cubría sus pájaros con la ropa sucia de los muertos.
Yo miraba la tormenta, no iba a la cama por esperarlo, dibujaba sus pasos; oía su respiración en mi cuaderno.
Mi hermana dormía, soñaba niños que arrojaban nueces a los vagabundos.
Esperaba en la ventana a que llegara mi padre, mi padre que jugaba a ser conserje en una escuela para sordos.

lunes, febrero 14, 2005

Carta para cambiarte el nombre

para Jimena Ballí
En las canciones que no hablan de ti, en las paredes en donde he dejado algo de tu cuerpo, porque mis palabras hablan algo de tu cuerpo. Mañana me enviarás mensajes que hablen de la ruta hacia un concierto, de tu padre que conduce intranquilo porque se hace tarde y tienes miedo. Yo también tengo miedo y no encuentro los audífonos, no podré oírte en las canciones que conservan algo de tu ausencia; las canciones que guardan un poco del lugar en donde faltas. Mañana me enviarás mensajes y no podré contestarte porque es sábado, porque no hice el aseo de mi casa, porque las croquetas de Camila se terminaron y entonces ella duerme imaginando que yo, su dueño, voy a los centros comerciales a buscar croquetas para que no padezca hambre. Descubro en mis dedos tu tristeza.
Conduce mejor hacia este sitio. Ven, observa conmigo a Camila que duerme junto a sus hijos de peluche, los hijos que maltrata y arrastra por toda la casa para prevenirlos de un naufragio. No es viernes, pero ven, podremos ver películas francesas en la televisión. Podrán pasar quinientos años, las arañas en las esquinas superiores de la casa harán algo para soportar el frío. Me enviarás mensajes y no podré contestarte porque Camila duerme oyendo, en su sueño, que escribo una canción que no te pertenece. En realidad no me interesa vivir muchos años, no tendría la paciencia de levantarme todos los días a las siete de la mañana para ir a darles clase a unos niños a los cuales no les importa en absoluto lo que estoy diciendo. No me interesa enfermarme tres veces al año --o más-- de la garganta. No quiero encontrarme todos los días en el espejo, cada vez más viejo; cada vez más solo y más triste. Un día morirán mis amigos, o yo –para suerte suya— moriré antes que ellos. Ya no podremos cantar canciones francesas para aprendernos los colores. No podré leer sus mensajes, ni caminar con ellos por CU para encontrar una película buena en los alrededores. La hora, sin duda, fue la que me hizo subir, dirá Pedro Guerra en otro idioma parecido a mariposas ahogadas en un plato de leche. Gilberto seguirá siendo un gato dibujado en las canciones. En suma, no me interesa vivir más de treinta años, no quiero padecer el naufragio de tu olvido. Perdóname, Jimena, no pude responder a su mensaje, pero Guns N Roses canta “Knokin On Heavens Door”; lo sé, la canción es triste, pero me sirve para contestarte desde esta casa sin croquetas para Camilas destructoras de mis libros. La canción es la mejor respuesta que se me ocurre. Escucharemos a Bach en las películas francesas y podremos caminar otra tristeza, otra mirada hacia lo oscuro; otra mirada hacia el silencio necesario para construir castillos en la arena. Busco tus manos en los ruegos de los niños a sus madres, busco tu contacto en los teléfonos descolgados. Te busco en mapas que consignan los circos que han llegado al barrio. Los circos, decías, se marchan en otoño. Enciende las luces para que puedas contar estrellas. Busco tus manos en Las aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain, busco tus manos en los ojos de Becky Tatcher, te busco en la felicidad de las barcas que se mecen por el frío. Busco tu contacto en las tormentas que ocurren en el sueño de caballos. Imagina jinetes que caminan hacia junio. Lo sé, tengo que seguir encendiendo luces en casas húmedas, tendré que apurarme; quiero llegar temprano al lugar en donde cuento historias. El lugar en donde nunca te veré detenerte para comprar una manzana. Hasta siempre.

Jimena Ballí Posted by Hello

Residual

hablas en mi cuerpo tus
palabras

Sarnicura Emperadora

Me gustaría verte entre los niños que encienden fogatas para quemar los cuadernos de la escuela. Me gustaría ver cuando juegas a esconderte en los dibujos que hablan del cansancio, para después aparecer a la hora de la cena con una rana en el bolsillo. Entrarías en las panaderías para preguntar el precio de las bolas dulces. Los niños se ríen de mí porque escondo relojes bajo la cama. Entrarías en las sastrerías para buscar un abrazo; preguntar por la suavidad que canta el señor que vende pájaros. Aún te espero en las estaciones de autobuses donde los perros pueden vivir; donde se dejan tomar fotografías. Aún te espero en esos lugares donde los perros saben que regresaremos. Dame una razón para guardarte luciérnagas, para preguntar por ti en las escuelas; para esperarte en la Plaza Corregidora en las tardes cuando no llueve, cuando es más probable que estés dando clases de piano a los chacales. Lee en los libros la ruta de los patos, comenta en clase que la mùsica puede ser, incluso, un cuaderno de dibujos; pìdeme que te despierte antes del viaje.Abro la ventana para escucharte con la mañana, para imaginar que regresas con las parvadas. Abro la ventana para cantar contigo. Bajo el volumen cuando oigo a Bach porque no me gusta que llores, te escribo cartas en las esquinas, en las clases de literatura que doy a mis alumnos. Imagino que despiertas conmigo en las mañanas más frías, escribo que tu respiración inventa otra mañana. Escucho con mi padre las canciones necesarias para escribirte cartas cuando los trenes pasan, los mièrcoles escucho el silbato de los trenes en La vieja estación; a veces no escucho las lecturas, me siento afuera a mirar los cargueros que cruzan la estación. Comeremos elotes en los pueblos más lejanos, iremos a Temascaltepec a ver orquídeas; echaremos monedas al río, desde el puente, después comeremos paletas heladas en el quiosco. Regresaremos un día a las ciudades donde llueve.Camino hasta Plaza de las américas para escribirte cartas, el dueño del ciber café sabe que te extraño; que pendejamente sueño que responderás un día mis palabras. Seguramente se ríe de mis pasos, seguramente se ríe porque espero; cuando él cree que esperar es un pretexto infame para no hacer nada.Invítame a pintar la cerca de tu casa, convénceme con una mordida de manzana; cuando crea que pintar es divertido, tendré que insistir para que me dejes continuar, incluso podré ofrecerte un picaporte o una rana; una estrella o una carta para seguir pintando tu nombre en la madera.Abro las ventanas en tu cuarto, me cuentas las historias del centeno. En tus palabras viven peces y barcos devorados por el frío, en tu descanso las redes encuentran temporales, tu bitácora nos habla de ciudades habitadas por pájaros y niños. Le cuento a mi tripulación que los faros -en épocas de frío-- se encienden con tus labios. Hasta siempre.

lunes, febrero 07, 2005

Carta


para Laura Zaragoza


Algo hay que decir en favor de las ventanas. Algo hay que sentir por ellas, debemos remediar sus cicatrices con palabras, debemos curar sus golpes y estrellamientos con una canción que hable de países sin enfermos. Algo hay que decir para no llorar los sábados a las tres de la mañana. Debemos decir cosas buenas, cosas amables. Debemos cantar como los niños afuera de la escuela. Los enfermos dibujan rutas en las sábanas abandonadas. Cuando yo era niño, al salir de la escuela me subía a un árbol grande que había por ahí; era uno de esos que llaman pirul. Es un árbol que da unas flores parecidas a rojas espadas diminutas. No, no se me acuse de imitar a Cosimo Piovasco, quien decidió nunca bajar de los árboles en una novela de Italo Calvino. Escucho las risas de los niños abajo, escucho la lejanía de su risas; me observo jugando a ser la niebla que conocen tus rodillas. En tu cadera huele a pan de centeno, te pertenezco como un cristal por donde se mira la mañana: hablas en mi cuerpo tus palabras. Además del agua, además de lo que no tengo de silencio para escribir historias en donde alguien hable de instrumentos. Algo hay que decir en favor de las ventanas. Algo hay que decir, sí, para no dormir, para no dejar que despierte alguien en el rincón donde duerme nuestro miedo. Alianza de los guerreros que comparan tu nombre con la sal. Tu reino es un país donde los trenes no regresan, tu reino es mi espalda; el sexo de las mariposas que migran a causa de la lluvia. Tu país es mi lengua en donde hablas una oración para los sordos. Mi reino es el sabor que mi lengua guarda de tu piel. Alianza para los arqueros que tienen hambre, señora sin luto y sin victoria, en tu cadera las hormigas sueñan dibujar un reino.
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