jueves, junio 30, 2005

de travesuras

Memín Pinguín sigue haciendo travesuras. El gobierno de los Estados Unidos, en un franco desconocimiento de lo que este personaje significa para la cultura popular mexicana, ha pedido que se retire la serie de cinco sellos postales conmemorativos; la razón que aducen es que es que ofende a los afro americanos. Su disgusto muestra su clásico desprecio por las manifestaciones culturales de otros países.
Memín no parodia, mucho menos ofende a los afro americanos puesto que no es un personaje creado con intención irónica. Los estadounidenses deberían preocuparse por las manifestaciones con verdaderos tintes racistas que siguen ocurriendo en su país, y no entrometerse cuestiones que desconocen.
Recuerdo un caso terrible, incluso Bob Dylan hizo una canción acerca de ello. Me refiero a lo que sucedió con el niño Emmet Till, quien fue asesinado por un grupo de blancos armados con fusiles en 1955. El poeta cubano Nicolás Guillén nos dibuja la imagen con un trazo:

[...] ahora un niño frágil,
pequeña flor de las riberas,
no raíz todavía de tus árboles,
no tronco de tus bosques,
no piedra de tu lecho,
no caimán de tus aguas:
un niño apenas,
un niño muerto, asesinado y solo,
negro.

Los asesinos de Emmet fueron absueltos y, aunque se supo que varias personas participaron en el linchamiento, nunca se ejerció acción penal en su contra. Recientemente fue abierto el expediente para esclarecer las dudas, lo absurdo del caso es que los asesinos ya fallecieron.
Este caso, para vergüenza de todos los que deciden no escuchar, no pertenece al mundo de la ficción como Memín; es una cuestión que se vive todos los días en Irak o en la prisión de Guantánamo, incluso dentro del territorio estadounidense. La historieta, que lleva varias reimpresiones en México y en varios países de Centroamérica, y los timbres que fueron presentados hace dos días, nada tienen que ver con una cuestión racista; todo lo contrario, se integra perfectamente a la cultura mexicana.
Por lo pronto yo dejo este asunto en paz y me voy a comprar mi serie de cinco timbres. Hasta siempre.

Mem�n Pinguin en Semanrio Etc�tera Posted by Picasa

martes, junio 28, 2005

carta sin piano desde Bogotá

A veces despierto contigo sin que lo sepas. Preparo el desayuno por si vienes a preguntarme el nombre de un país; escribo mapas aunque no te guste despertar en hospitales. Pertenezco al lugar en donde duermes.
Escucho con la enfermedad, me detengo, camino mi tristeza hasta encontrar molinos. Desconozco los relojes y las puertas, me convencen de quemar espantapájaros, me ofreces un velero, una pera, la espera en cementerios. Me ofreces una fecha, una lápida, un hormiguero y una playa. Mi madre me regala un arado por ser joven, prefiero un país de nueces para ti.
Recogeré las espigas para cuando hayas vuelto, convencido por la fiebre, acompañado por un ovejero que me espere al pie de la montaña, entre los árboles de los que hablabas cuando eras niña. Eres de nuevo niña cuando sueñas que tocas el piano a los enfermos.
Padece con los barcos la tormenta, piensa dos veces la misma canción para dormir policías. Me regañaron porque escribo mal, dicen que no uso conexiones; que debo hacerlo más seguido porque entonces mi prosa se convierte en una lluvia de ideas sin conexión. ¿Será que no estoy escribiendo prosa? ¿Será que ni si quiera estoy escribiendo? Lo cierto es que no sé cómo hacerlo, cuando imagino una frase ya estoy pensando en otra idea, a veces se me olvida que puedo subordinar mediante otros recursos; dijeron que me gusta subordinar mediante comas. Qué limitado soy, qué mal escribo, podrido de mí que no me encuentro en los espejos.
.
é

viernes, junio 24, 2005

breve inundación en viernes

Lo intentamos varias veces sin ningún resultado. Las demostradoras de cereal nos gritaban desde otro lado de la tienda. Navegamos. No vayas en viernes a comprar cereal, mucho menos si amenaza una tormenta.
Al principio no había inundación, tampoco un arca imaginaria navegando por los panes. Todo se reducía a goteras en distintos puntos de la tienda y nadie le dio mayor importancia; salvo unas señoras que se quejaban porque no podían entrar al pasillo de refrigeradores. Pero la lluvia creció y el agua empezó a subir dramáticamente, entonces los empleados de limpieza se coordinaban apresuradamente para sacar el agua. Después de un tiempo los botes de basura resultaron insuficientes, las goteras vencieron el techo. Naufragamos.
Cuando la mujer que menciona las ofertas sugirió que evacuáramos la tienda, era tarde, el área de cajas era una ruina, el agua subía; alguien tuvo a bien decirnos que por el área de niños, es decir, al fondo de la tienda, estaba despejado. El agua nos llegaba a la cintura, todavía pudimos conducirnos sin complicaciones hasta allá. El pánico creció cuando el agua llegó a la sección de pescados, por un momento los camarones y las truchas recobraron su libertad; nadaban entre los pasillos algo lastimados por el hielo.
La inundación no impidió que algunas personas se atrincheraran en la sección de vinos y licores. Los vigilantes, más ocupados en remediar goteras, no regañaron a los que bebían botellas al tiempo que crecía la inundación. Querían morir ahogados.
Cuando llueve en la Ciudad de México todo se hace más lento, es como si la maquinaria de la ciudad se resintiera. Mala idea la mía de ir a comprar pan árabe.
La mujer que dice las ofertas anunció que vendrían los bomberos a rescatarnos, pasaron quince minutos, treinta, una hora y no llegaban; seguramente ellos se encargaban de destapar coladeras en otras partes de la ciudad. Seguramente cuando alguien les dijo que Walt Mart se había inundado, pensaron que era un problema mínimo. Debe ser, a nadie se le ocurriría que un centro comercial pudiera convertirse en alberca.
Un hombre me decía que su mujer no le creería lo de la inundación. Cierto, a mí tampoco nadie me creerá. Dirán: pinche édgar enloqueció desde que Liliana ya no lo ama. Una mujer lloraba porque no sabía en dónde andaban sus dos hijos. Para este momento, como el agua había aumentado, subimos a unos anaqueles y pudimos mirar por completo el desastre. La señora pudo mirar a sus hijos, trepados como nosotros, en otro anaquel, pero en el área de juguetes, como a dos cientos metros.
Nunca faltan héroes en las inundaciones, alguien tuvo la idea de nadar hasta el departamento de artículos deportivos, infló una alberca, en esa nos conducimos por la tienda. Otros héroes tardíos hicieron lo propio. Al principio de la aventura chocábamos por todos lados, no lográbamos acoplarnos al movimiento de la balsa improvisada. Pero al cabo de una hora de intentos, logramos acercarnos a la puerta. Entonces advertí que no llevaba mi pan árabe. Decirle a la tripulación que regresáramos no habría sido una buena idea.
Deseo que mañana no llueva para regresar por él.
.
é

miércoles, junio 22, 2005

"Termina Nuevo León, principia Tamaulipas; con rumbo a Matamoros, la luna me ilumina, al trote del trailero cabalgo a media noche [...]"

.
Jimena:
.
Tengo una tarjeta para hablar a Colombia pero a nadie que quiera escucharme por allá. ¿La tarjeta servirá para llamar a Borneo? Quiero un barco. Llueve en esta calle, pero no llueve en la calle de al lado. No tengo sueño, tampoco tengo un piano.
Señora, despierto con el trigo y sin su cuerpo.
Lou Red sugiere algunas opciones para un día perfecto, prefiero un pez banana, prefiero un país habitado por sus labios, señora. Prefiero su piel en donde amanecen barcos y una tripulación que canta con las redes. Pescadores en la niebla, señora, una canción de jinetes que caminan buscando el alivio que ofrece su cadera.
Hoy no quiero estar solo, señora; no quiero decir con los caballos, no quiero morirme con el frío; prefiero un reloj con las hormigas y su cuerpo, siempre con su cuerpo. Digo con los niños una canción de cuna, digo una ventana para que despierte, señora.
Llueve en su cintura, llueve en los relojes y en los libros; llueve con la enfermedad en los cristales. Llueve, señora, en mis manos, en mis uñas, en los dedos de mis pies; llueve en las canciones, en las películas francesas. Llueve, señora, y yo no tengo unos zapatos azules. Llueve en los establos, en las puertas; en la soledad de las iglesias. Llueve en los jardines que yo escribo para que despierte, señora. Llueve en los partidos de fútbol y en los teclados de pianos destrozados por el frío. Llueve en sus ojos, señora; incluso en esta carta, llueve.
.
: é :

martes, junio 21, 2005

poema

.
Adagio grazioso
.
He decidido quitarme los zapatos
........y esperar el paso de los trenes
..............que llevan caballos hacia el mar;
........sentado con el trigo,
..............feliz como una lluvia.

.
He decidido quitarme los zapatos
.........y he de dejarlos junto a las macetas que la abuela
.........riega todas las mañanas;
...........................aun cuando está muerta.
.........Voy a entrar en los mercados
............donde alguien dice tu nombre con las nueces,
...............quiero comprar —desde hace años—
............un velero.
Busco un arrollo
............y llueve
...............en los cuadernos de la escuela.

.
He decidido quitarme los zapatos
................y comer guayabas
................hasta que alguien venga a regañarme
.....porque colecciono paraguas como duermes;
................llámame guardián en las manzanas,
.........................................o campanero;
llámame barquero
.....................o ladrón de escobas.

.
He decidido quitarme los zapatos
...........................y estoy como los faros
.............que no tienen una enredadera por abrigo;
....................una muchacha saluda a los ahogados
.......................con su cuerpo;
reparte
..............—con un beso—
................el desayuno a los que lloran.

.
He decidido quitarme los zapatos
..............y mi madre regresa con la leche;
.................sabe lo que el frío dice a los enfermos.
............Mi madre me regala un arado por ser joven.
............Mi madre está lavando fruta en la pileta.

.
He decidido quitarme los zapatos
.......y andar por las calles como quien vende pájaros,
.......ir por las ciudades
.....................como quien grita nombres en el mar;
.......he decidido gritarte pájaros
.......y regalar mi nombre
..........................como si fuera arena
.......por las calles.

.
He decidido quitarme los zapatos
..............aunque alguien pudiera llevárselos
................................—vagamundo—,
..............qué importa que alguien quiera
..........caminar con mis pasos,
..............seguir la ruta que yo invento cuando llueve;
.........ir por mis mapas como se camina
....................................sin prisa
.................una espalda, una cadera.
.

He decidido quitarme los zapatos
...............y convertirme en mago
.............para decir tu cuerpo
.................—como la noche
.................durmiendo en tus caderas—.
.........Quiero vestirme de astronauta
.........aunque no esté de moda.

.
He decidido quitarme los zapatos
.............y andar por la vida como si no importara nada
......................—yo no sé lo que es ser triste—,
.............como si no me dolieran las palabras
......................que algo dicen de tu ausencia;
.............como si no importara el silencio,
....................................ni las hojas,
..............ni los ojos vestidos con la niebla,
.................ni siquiera mi país,
...................mucho menos
....los ejércitos que se avergüenzan
..............porque tienen miedo a los relámpagos.

.
© 2005 édgar david mena

viernes, junio 17, 2005

dos

.
Nadie tiene derecho a hacerle daño a los demás; nadie tiene derecho a prometer todo el cariño del mundo para que, al final, termine dándote una patada en el culo.
Nadie tiene derecho a jugar con los sentimientos y con la vida de alguien.
Señores, este blog se clausura indefinidamente: hasta siempre.
.

uno

.

Mientras tú guardas en tu pecho de piedra

un corazón infame que ningún crimen hiere;

yo huyo con la mortaja de una obsesión de loco,

con miedo de morir cuando me duermo solo.

Stéphane Mallarmé

.

Ahora que no tengo a quién escribirle cartas podría irme a pescar atunes, podría irme a pescar a Túnez. ¿Túnez tiene algo de mar? Porque atún es todo lo que como, mi dieta se conforma de aire, agua, un poco de atún y algo de letras. No tengo una fortuna, mi único tesoro se conforma de unas cuantas primeras ediciones; aunque quedan pocas, las he ido vendiendo para comprar croquetas para la loca que se come mis libros.
Ahora que no tengo a quien escribirle a una carta podría escribir un libro de barcos, podría decir que los niños apedrean mis ventanas; podría contar, sin temor a equivocarme, que nadie me espera en las estaciones de autobuses.
Ahora que nadie me escribe cartas podría dedicarme a ser superhéroe; podría poner una peluquería con un caramelo dando vueltas en la entrada; es más, me gustaría ser un monstruo en una película del Santo. Podría escribir oraciones, dibujar estuarios en las paredes de mi cuarto. Yo quiero un faro que cante con la niebla. Ordenaré, motivado por mi ociosidad, las piedras para llegar al patio; como en una inundación, haré un camino de palabras para llegar al parque, para subirse a los columpios.
Ahora que nadie me cuenta nada acerca de la niebla, escribo canciones de naufragios, me detengo en los ahogados, los resguardo del frío; cocino para ellos los atunes que tengo por reserva.
Ahora que no tengo a nadie a quien decirle “eres ese amanecer que se duermen deseando los pastores”, puedo salir a corretear palomas, como los perros, en el parque; en Jardin des Plantes, a tres cuadras de mi cuarto, caminado por rue Monge.

Ahora que nadie me escribe cartas podría comprar un caballo para llegar al frío. Podría (sencillamente) morirme, como siempre he deseado, lenta muy lentamente, soñando un país en medio de la nieve.

.

é

donde se cuenta de una fotografía anterior, mientras en la calle varios niños juegan a ser los trenes que cruzan cargados con caballos en invierno

.
Intenté recordar un poema de Francisco Hernández que servía perfectamente para presentar la fotografía anterior. El libro, para desgracia de mi memoria, se quedó en Querétaro, en casa de Gabriela Aguirre, cerca de una muñeca de cartón que olía muy feo; es más, cerca de una lámpara y un gato. Me alegra que el libro esté acompañado por una ventana y encima tenga otros tantos libros de poesía. En fin, que quizá no recuerde al pie de la letra el texto, pero ahí va: Lo de menos hubiera sido comenzar con un autorretrato, pero francamente no tengo cara para hacerlo. Hasta siempre.
.

:�:m: Posted by Hello

jueves, junio 16, 2005

donde se menciona algo acerca de la ausencia y la tristeza que, también hoy, levanta su dominio en mis palabras; incluso en mi cuarto y en mi cuerpo

.
Con qué color se escribe la tristeza, con qué palabra la dibujo. El frío suma sus monedas para comprar mi cuerpo. Hoy no hay lugar, canción o llamada que me levante de este pendejo estado. No hay nada, ni siquiera palabras.
.

miércoles, junio 15, 2005

canción por el olvido de los trenes (escrita a media noche, mientras los Kpaz de la sierra cantaban "que allá en el otro mundo, en vez de infierno..."

.
Aunque no estés aquí.
Aunque estés a años sombra de distancia
te amo de repente
a las tres de la tarde,
la hora en que los locos
sueñan con ser espantapájaros vestidos de marineros
espantando nubes en los trigales.

Jorge Teillier
.

Querida Liliana:


Puedes imaginar un lugar para los niños; incluso, si la tormenta es poca, puedes sembrar lechugas y continuar oyendo el noticiario. Tienes una canción para despertar a los caballos, por cierto, hay un vagamundo que duerme en el parque que está cerca de la casa; todos los días cuenta unas piedritas que saca de los bolsillos, las cuenta una y otra vez hasta que son las dos de la tarde y el hambre lo guía hacia el mercado.
Amaneció nublado, nadie vino a tocar mi puerta para entregarme una carta, o cuando menos, para venderme un objeto milagroso para borrar los días nublados. Nadie vende lluvias cuando es viernes. Hagamos un viaje de 33 días hasta rue de Rivoli, pronuncia campanarios, uno a uno, en las calles de una carta en que no llueva. Aprende el nombre de las palomas en los parques, aunque no tengas pan para darles. Mi vecina se preocupa por los niños que corren en un campo de centeno, yo le digo que ese oficio ya es de Holden Caufield; pero ella no atiende, prefiere organizar el rescate y el silencio.
En el fondo todas mis cartas son tu cuerpo, en el fondo, con cada palabra platico con tu cuerpo; en el fondo, cada parte de tu cuerpo que pronuncio es una carta; un diálogo con los ahogados.
Pero no estoy triste, quizá sólo un poco preocupado por Gabriela, no tengo manera de comunicarme con ella; leo su libro como una manera de aliviar su tristeza: “La hija de mi padre/ su niña enfermiza/ que sacó dos veces de un hospital/ en el auto/ pálida/ con una tristeza de muchos días”. Ahora podrá decir que ya son tres veces que la sacan del hospital, ahora podrá contar de charlas con anestesistas que preguntan por el mar.
Leo las cartas que no me has enviado, me enfermo con los niños que imaginan faros en la calle, que hacen una interminable fila para acariciar al gato de la casa de enfrente.
Freí dos huevos y se me antojó que estuvieras aquí para decirme algo acerca de los días nublados en tu cuerpo. He encontrado libros debajo de la cama, he encontrado un par de zapatos nuevos debajo de la cama; encontré, también, una jaula con varios pájaros.
Te escribo porque hay que vivir si tu cuerpo aunque sea doloroso. Te escribo porque dos niños pasan corriendo por la calle, vienen huyendo de los ogros con que sus madres los obligan a comer verduras. Y te escribo porque me hubiera gustado hacer el amor contigo varias veces
antes de irme al trabajo. Hasta siempre.
é

::

El chino Benítez cruza la cancha, desde su área técnica hasta la portería de Corona, lo hace motivado por la ira, con la frustración que puede surgir de la derrota y la poca inteligencia. El chino Benítez se acerca a "Bofo" Bautista, le grita maricón culeado y lo escupe. Esta, incluso sobre los golpes, es la forma más corriente de agredir a un colega de profesión. Pero, como refiere la portada de Olé, el escupitajo le cayó a él, el club Boca Juniors no merece tener un líder que enseña a sus jugadores que, ante la frustación, puedes recurrir a situaciones tan corrientes. El escupitajo le cayó a él, le quedará, para la posteridad, la medalla de lo que hizo anoche: Pobrecito.

Tapa de Ol� Posted by Hello

martes, junio 14, 2005

pequeña crónica softporno, basada en hechos reales, acerca de tu ausencia


.

Despierta, dime que en tu descanso los relojes sirven para detener tormentas, que es tu piel donde la muerte del agua nos perdona; dime que está lloviendo en tu país de faros apagados.
.....Despierta con los barcos, semejante a las nueces en invierno.
.....Escribe una geografía de labios en mi cuerpo, protégeme con tu desnudez, háblame de un naufragio en tus pezones.

.

é

domingo, junio 12, 2005

carta en forma de guayaba para una pianista que no conoce la tormenta

.
He vuelto a casa para decir algo de su cuerpo, Señora. He vuelto para decir algo acerca de caballos que corren por su sueño.
Cuando escucho a Bach me enfermo como usted. Quiero platicar con los soldados que no saben nada del invierno, que no saben nada de su cuerpo, Señora. Me aparto con mi botín hacia el lugar en donde falta; último en la fila, me detengo frente a un abismo, como si me asomara desde mi ventana para ver si aparece un barco en el vecindario.
Huele a pan de centeno en su cintura.
Cuando los perros duermen, Señora; cuando los barcos atracan en su pelo; cuando la mañana, Señora; cuando los gatos, que hacen el amor, dibujan otra ciudad en los campanarios. Los perros, los soldados, los semáforos en preventiva y los cementerios donde me acerco para regalar abrazos a los deudos; la puta madre, Señora.
Swan nos dice pájaros desde la infancia. Meat Puppets nos menciona algo de un lugar en donde llueve y yo le ofrezco esta pendeja carta, Señora, para que llore; para que hable, con sus amigos, de las habitaciones podridas por el invierno, para que dibuje un bosque, una manzana, un largo camino en la tormenta.
Señora, mi abuela muerta me bendice desde el frío, me enfermo con los ríos, con las nueces, con los hombres que caminan para encontrar fruta en el olvido.
Sus senos me orientan en la niebla, Señora;

dibujo barcos en su cuerpo.

.

é

viernes, junio 10, 2005

ohne Uhr

.
No se imagina el deseo que tengo de hacer el amor con usted. Pero no se lo diré a nadie, especialmente no a usted. Tendrían que torturarme para que lo dijera. Quiero hacer el amor con usted. No sólo una vez, ¡una y otra vez! Pero jamás le diré eso. Debería estar loco para decirle que le haría el amor ahora, aquí mismo; y el resto de mi vida.
(Cin. La vida es bella [Life is beautiful] de Roberto Benigni (1998)
.
Con luz de ayer se escribe,
a oscuras, para que amanezca.
Fabio Morábito.
.
Porque yo preferiría ser un fantasma flotando a tu lado, antes que entrar en el cielo sin ti.
(Cin. El tigre y el dragón [Wu Hu Zang Long] de Ang Lee (2000)
.

Amiga a la que amo: no envejezcas.
[...]
y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te lo pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames; recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola y te sirvió mi mano.

Rubén Bonifaz Nuño
.
Señor presidente, le vengo a decir
que ya nada vale la nueva de a mil.

Son Jarocho

acerca de la foto anterior

Desconozco quién sea el autor de la fotografía anterior. Está en un ensayo de Heriberto Yépez; no sé si sea de él, pero se integra muy bien al sentido de su trabajo: http://www.worldviewcities.org/tijuana/futureless.html
También recomiendo que visiten habitualmente su blog: www.hyepez.blogspot.com

jueves, junio 09, 2005


Futureless Posted by Hello

tres sitios para el jueves

carta para Yaya

En los últimos días observo poco por la ventana, mi perro lo sabe, tampoco él se asoma a ver quién pasa, o quién saluda, quién o espera el momento justo en que el marido ha salido al trabajo para tocar el timbre de una casa donde una mujer lo espera. O un hombre, o un gato, puede ser el caso de que en casa te espere un gato. Hablo de un gato en Querétaro. Hablo de un gato en Ciudad Juárez. Gatos viajeros y ordenados, gatos que esconden las palabras atrás de los floreros.
En los últimos días me dedico a buscar en las agencias de viajes el mejor precio para ir a Bogotá. Leo, como siempre, acerca de Fabio Morábito, escribo, de vez en cuando. Debería estar contento, escribí mi primer texto del 2005. Espero que mañana, cuando me despierte, su encanto no se evapore con los ladridos del perro de la casa de enfrente; de otra manera, quizá pasen otros seis meses antes de que pueda presumir que escribí algo.
En los últimos días ya no pasan trenes por la calle; en consecuencia, nadie nos trae noticias del mar, nadie nos trae noticias del desierto. Mañana, quizá tengamos que abandonar esta colonia. Ahora mismo, mientras escribo, vecinos de la otra cuadra llegan armados con escobas para ahuyentarnos. Mañana, quizá tenga que escribir desde otro sitio, desde otra piel, desde otra ciudad; prefiero Bogotá. Mientras tanto, guardo mis libros en cajas, le digo a mi perro que se asome por la ventana, quizá yo estoy en la calle, llamando desde el teléfono de la esquina. O quizá, más probable, vengo con una bicicleta que he robado en el parque y me detengo a observar, por última vez (antes de que nos corran los vecinos), los sombreros que vende el señor Fabián, en su negocio. Hasta siempre.

miércoles, junio 08, 2005

Sin palabras

Empiezo: a pesar de que la música que se oye es agradable; Satie tiene la peculiaridad de la sorpresa, del silencio que construye su contagio, sobre todo cuando hace frío, en mi piel. Hablo, en esos días, de una colección de paraguas para alguien que se fue. Pero ese no es el punto, lo que me ocupa es una respuesta que tengo que escribir. No entiendo ese afán de lastimar una lengua tan bella como el español; cito un caso por demás elocuente: “En tanto que de rosa y d´azucena/ se muestra la color en vuestro gesto,/ y que vuestro mirar ardiente, honesto,/ con la clara luz la tempestad serena”. Escucho, como ustedes, apreciables lectores, el sonido de la s, el ritmo que establece es implacable; nos sorprende y nos conduce a partir de esa musicalidad. ¿Por qué me acuerdo de este poema de Gracilazo de la Vega?, porque me disgusta que alguien se atreva a emplear un español tan primitivo, cito –para desgracia de ustedes-- in extensu:

hoi.. stuvo mal el asunto..mas de lo cotidiano.. sta ocasion no fue la dosis necesaria para impulsarme a conkistar el dia una vez mas.. sta vez fue raro.. xq produje a un ritmo acelerado y eficiente (osea las cosas salian a la primera y excelentes) sta vez no hubo prueba-error.. pero esa satisfaccion no pudo kitar el sntimiento de oscuridá en el ke staba inmerso..

Tienen razón y no hay objeción de mi parte, es más que primitivo. Cuando en otros países, en este fenómeno blog, argumentan con ideas, con alguna dosis de inteligencia y sentido artístico; para este caso voy a citar dos blogs de Portugal (palavrasdeursa y abrigodepastora). En México ocurre lo contrario (con algunas buenas excepciones); peor aún, en uno de los estados que se precia de tener una educación de primer mundo (Monterrey).
Volvamos a la cita primitiva. Entiendo por qué México ocupa un penoso lugar en educación frente a otros países; incluso de Latinoamérica.
Por qué digo todo esto, en realidad me da tristeza. En México entendemos los reflejos, tenemos la grandiosa particularidad de tomar una idea y destrozarla (con sus honrosas excepciones); y no es un tema actual, los escritores románticos mexicanos, escucharon, sin entender, a algunos poetas románticos franceses y escribieron. Ya el olvido se ha encargado de ponerlos en su sitio. El ejemplo es este, nunca se entiende el sentido de lo que ocurre pero lo hacemos. En el caso de los blogs, cuyo sentido primario era comunicar, dialogar; hay que recordar que cobraron fuerza después del Tsunami que tuvo lugar en Asia el año pasado. Su función era esa, dialogar con alguien desconocido, con su carga de egocentrismo que ello implica; pero siempre atendiendo a la inteligencia de quien te lee. Otra intención era comunicar, acompañada por la velocidad que este medio conlleva. Las funciones de hablar desde una intimidad surgieron después. Nada de malo hay en que alguien quiera contar lo que siente, la literatura parte de eso. Insisto, parte, no es eso. Hay, como podemos ver, si hacemos el ejercicio de comparar el primer blog que cité de Portugal, con la cita primitiva que tomé, un gran abismo de inteligencia.
Concuerdo, para terminar, con las teorías que sugieren la falta de inteligencia cuando se tiende a recortar el lenguaje, entiendo la facilidad de ello, pero lamento que el español con todo lo hermoso que es, tenga que ser maltratado de esta manera. Y no hablemos sólo de la lengua, sino que la cantidad de recursos con que nos expresamos, es, a final de cuentas, la manera en que percibimos del mundo. Todo se debe, claro está, a una deficiencia de lecturas. Debo suponer, que en un país donde nadie lee estos ejemplos se multipliquen hasta el infinito.
Mi comentario final acerca de la cita: es ofensivo, terrible y muy triste.

martes, junio 07, 2005

ovejero


Mi hermana guardó temprano su rebaño, hoy lloverá. Obediente el ovejero nos espera junto a un barco en el desierto. Huele a menta en las canciones de mi madre. Nadie me invita a nadar en el río; aunque, lo acepto, no sé nadar, pero podría mirarlos desde la orilla; podría cuidar las truchas que atrapen, podría reírme, con ellos, porque alguien ha perdido su reloj en la corriente. Nunca seré como mi padre, no tendría el valor de subir a los edificios más altos para limpiar los cristales. No aceptaría un árbol de limones como recompensa a una tarde de trabajo. Me falta su valor, pero a él le hace falta mi tristeza.
Esta calle es una ruina cuando los niños duermen.
Es domingo, es como hubieran encerrado a los niños en la iglesia. Yo imagino este mensaje para que pases mejor la noche en la clínica, con enfermos que tosen en las camas cercanas, imagino este mensaje como una manera de despertar contigo; como una tormenta para despertar espantapájaros. Los enfermos, en el patio, planean robar las bicicletas de todo el vecindario.
Mi hermana hizo pan de elote y ahora nos grita desde su ventana para repartirlo. Mi hermana no está enferma, pero tiene un ovejero algo viejo que olvida ladrar los domingos; un día nos dirá su testamento, nos dejará sus ladridos para enterrarlos en el bosque; nos dejará sus caminatas hacia el frío. Mi hermana tiene un ovejero que se esconde de la niebla.
Escribo barcos, escribo casas, dibujo ciudades en tu cuerpo. Me concentro en los establos, detallo cada rincón, cada centímetro de olvido. Escribo calles, puentes, edificios, escribo plátanos y gritos; me detengo en los puentes peatonales, me detengo en tu respiración, platico con tus manos; construyo un observatorio, con mi lengua, en tu cadera, Liliana.
.
é
.

lunes, junio 06, 2005

7 de junio 2005

.
[ : feliz cumpleaños, édgar mena : ]
.

viernes, junio 03, 2005

Querétaro, Sábado, 04 de junio del 2005

Querida Liliana:

He escrito tantas veces tu nombre en las paredes. Imagino un lugar para que duermas, pronuncio tu cuerpo aunque no llueva. Tenemos todos los semáforos en verde, las palabras necesarias para dibujar una ciudad; tenemos el polvo necesario para el fin del mundo, los cuadernos necesarios para escribir cartas a los soldados que regresan. Los niños que juegan en la calle recuerdan la mañana que despierta en tus pestañas; no saben, eso es cierto, que odias bañarte cuando estás en Cali y es domingo.
He escrito tantas veces tu piel en mi tristeza, no recuerdo si he mencionado algo de la niebla, de cualquier manera, en la casa del abuelo siempre era viernes y había niebla; en la casa del abuelo siempre olía a pan y las vacas dormían junto a la tranca; en la casa del abuelo, una vez, subí a esconderme en un árbol de mango y encontré una colmena. En la casa del abuelo siempre era viernes y él nos contaba de un país lleno de pájaros y niños; nos contaba de un país en tus rodillas.
He escrito tantas veces tu nombre en las paredes que es necesario construir otra casa, en otro lugar, en otro continente, en otra piel, en otro cuerpo, debajo de la cama, en los armarios, en las uvas, en las nueces, en los libros de Saramago, en los perros de esta calle que no ladran porque llueve, en las equivocaciones y en los gritos, con mi lengua en tu cadera, en los puertos, con los niños, en Bogotá.
He escrito tantas veces la frase “hay paciencia en las abejas que vuelan sobre los panes”, que los niños la escriben en sus cuadernos, la escriben en viernes santo, en su cumpleaños; la escriben, con su risa, en las canciones que he olvidado. La escriben, sin permiso, en las panaderías, en los automóviles blancos. La escriben en aviones de papel que luego utilizan para cruzar el patio.
He escrito tantas veces tu nombre en las paredes que me he aprendido de memoria la temperatura de tus hombros, el sabor de tu cintura. Escribo, con los pescadores, una ruta de regreso. el movimiento de las redes anuncia un continente en tus pezones.
.
é

jueves, junio 02, 2005

Guadalajara, Jalisco, Méx. 2 de junio

.
Porque la humildad es más grande que la soberbia:

Chivas 4 - Boca Jrs 0
.

Chivas - Boca Jrs Posted by Hello

acerca de...

.
El autor del ensayo es, entonces, un yo en el ejercicio de reconocerse como un nosotros, y que necesita, por tanto, interpretar su situación y su nombre.

Liliana Weinberg
.
El lenguaje (el de la vida, no el de los matemáticos), ese otro lenguaje viviente que es el arte, el amor y la amistad, son todos intentos de reunión que el yo realiza desde su isla para trascender su soledad.

Ernesto Sábato
.
El escritor es un seductor que escribe para que lo quieran.

Tomás Segovia
.
¿Quién escribe el ensayo? El autor del ensayo es, como el lector del Proteo de Borges, alguien que es uno y a la vez muchos hombres, hecho a la vez de inconstantes ayeres y mañanas, y obligado por tanto al ejercicio de la memoria, la comprensión y la imaginación.

Liliana Weinberg
.
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.

Vladimir Nabokov
.
Ven, tomaremos vino, de pan acompañado.
...O con ciruelas. Me contarás las nuevas.
Te pondré el lecho en el jardín, bajo el cielo despejado
...y te diré cómo se llaman las estrellas.

Joseph Brodsky
.
Si alguien preguntara
Adónde ha ido Sokan,
decid tan sólo:
“Tenía cosas que hacer
en el otro mundo”.
Sokan
.
De qué sirve olvidarse
si a ello le sigue la muerte.

Joseph Brodsky
.
Image hosted by Photobucket.com